
Estoy de pie y vestido. Hace frío aquí afuera. Trato de no pensar demasiado, saco mi bicicleta y me preparo para rodar.
Empiezo a pedalear, sintiendo el aire frío en mi cara. Veo el camino frente de mí. Está casi vacío, solo algunas personas trotando y una niña que pasea a su perro.
La lluvia de anoche dejó algunos charcos que evito. Amo ver los grandes árboles al rededor, la quietud. Mantengo una cadencia confortable, suficientemente rápida pero no muy demandante para mis rodillas. Me mantengo pedaleando hasta completar mis 3 vueltas, permitiendo a mis pensamientos ir y venir.
Al final, el sentimiento es agradable. Mientras hago algunos ejercicios de estiramiento, la sonrisa aparece en mi rostro.